Reflexiones sobre orientación
Hace mucho tiempo que salgo a caminar la montaña, recorrer caminos rurales y más recientemente lugares desérticos. Históricamente uno deseaba tener un buen mapa pero lo normal era tener el que pudo conseguir que normalmente no era el adecuado, aparte de la brújula.
El mapa turístico que uno suele encontrar en las oficinas de turismo está pensado para el automovilista, por lo general carece de caminos rurales y mucha gente expresa su conocimiento sobre los caminos a través de ellos, dándonos eventualmente información errónea.
¿Entonces dónde se puede preguntar esperando obtener buena información?
La policía departamental de una ciudad cercana a una zona poco transitada, cabecera de una región, debería tener información precisa de los caminos. Recientemente encontré que el mapa de turismo era una mejor opción.
Una vez en la zona en cuestión uno seguirá encontrando gente que no conoce del tema o lo que es peor aún, gente que dice que por donde uno pretende ir no hay camino cuando si lo hay.
Mi escasa experiencia con gente que portaba GPS es que no reemplaza la planificación y la intuición en el lugar. Ni hablar si no se sabe como usarlo que es mucho más que encenderlo.
Claro que hay aparatos muy sofisticados que muestran todo lo necesario, pero la mayoría de la gente no los posee.
No perder de vista que la tecnología a veces falla, no hay que descartar que el GPS deje de funcionar. En zonas remotas los teléfonos celulares con GPS probablemente no sirvan por falta de cobertura.
Debido a la escala tuve que hacer el mapa en etapas, editando e imprimiendo las imágenes satelitales para que resulten legibles. Luego de impresas fui agregando notas y distancias a cada mapa. [Ref1]
Me ha pasado que uno de los tramos mapeados estaba cerrado por un alambrado y no había considerado una alternativa, por ello estuve a la deriva por un tiempo.
Tener el nombre de un punto del camino (como ser una escuela) ayuda bastante a la hora de preguntar a los lugareños. Pero cuidado con los puntos que nos muestra Google porque muchas veces están fuera de lugar. Cuando nuestro mapa no coincide en el terreno nos genera gran incertidumbre.
Otro de los tramos en la vista satelital era muy intrincado, con muchos desvíos que podrían llevarme en la dirección equivocada. Por ello hice un mapa con muchas notas, distancia de tramos, cascos de estancia, montes. En el terreno todo iba encajando bien incluidas las distancias que controlaba con el cuentakilómetros, hasta que de pronto no era capaz de reconocer nada.
Retrocedí y volví un par de veces y seguía desconcertado. Gracias a la brújula sabía que el camino no llevaba la dirección correcta.
Por suerte un gaucho atendió mi consulta, se bajó como tres metros desde la cabina de su impresionante máquina agrícola e indicó que el camino me llevaba a la ruta. De allí a un pueblo ubicado a cierta distancia de mi objetivo pero ya conocido por el mapeo.
¿Cómo se explica que a pesar de haber tomado notas en detalle estaba perdido?
Reviendo los mapas a la vuelta del viaje saqué conclusiones.
Los mapas de Google se componen de parches que van actualizando en alguna medida. Conviven zonas con diferente fecha de actualización y fuera de las ciudades no hay que esperar que estén al día. El mapa de la zona en que me perdí tenía más de cinco años de antigüedad, y por lo visto para una zona rural productiva es mucho tiempo, perdiéndose caminos por el avance de los cultivos.
Otro caso de ruta modificada fue en el Salar del Hombre Muerto donde se observan varios caminos. Resultó que el tramo principal estaba parcialmente cerrado y desviado hacia las compañías mineras. [Ref2]
En otra ocasión se hizo de noche mientras se veía venir una tormenta. Mi intención era salir a un asfalto distante antes de que se embarre el camino y quedar atrapado.
El viento de frente era intenso y arrastraba tierra e insectos que me lastimaban los ojos, por eso tuve que ponerme los lentes de sol para protejerlos. Con mi escasa luz frontal y los lentes en plena oscuridad era casi como estar ciego.
Pedalear con la cabeza gacha solo permite ver el piso a un metro y el cuentakilómetros. Navegando a oscuras, las distancias anotadas de los tramos parciales me permitieron doblar con bastante precisión.
Debo aclarar que no se puede esperar la concordancia de las distancias medidas en la computadora respecto de el cuentakilómetros de la bicicleta. En un recorrido de 10km fácilmente podría haber 100 metros de diferencia.
Entonces en la escena nocturna, cumplida la distancia estipulada en el mapa, uno se detiene y no encuentra el desvío previsto. Tal vez lo acababa de pasar pero no podía verlo por las condiciones del tiempo.
Incertidumbre total. Pura intuición.
¿Y qué pasa cuando no hay GPS, ni mapa, ni ruta, ni cuentakilómetros ni a quién preguntar?
Esto me pasó en Santa Cruz cuando quise llegar al Parque Nacional Perito Moreno atravezando las montañas por la inexistente Ruta 38. Mirando las imágenes satelitales encontraba el camino en ambos extremos, pero en la zona montañosa del medio solo me la imaginaba, veía huellas inconexas que podrían ser cualquier otra cosa. [Ref3]
Por lo difuso y extenso del recorrido me era imposible dibujar o mapear. Así que recurrí a otra fuente de información que es mirar las fotos geolocalizadas en el mapa. Lo primero que salta a la vista es la inconsistencia de las ubicaciones, como cuando la misma imagen aparece en zonas diferentes. Este caso es evidente pero la mayoría no lo es.
Luego de dos días llego a la naciente del río sin tener idea de donde está el sendero, pero desde la cima veo un lago del que no dudo es mi destino.
Bajando por la ladera en esa dirección va creciendo un hilo de agua hasta que se junta con otro cambiando de dirección. Desde ese punto veo a la distancia una roca tan singular que reconozco de las fotos de internet. Allí el mapa mental se acomoda y comprendo que esa era la planicie que tomaba el sendero que perdí. Quedaba cuesta arriba y se veía mallinoso, decidí seguir bajando en otra dirección como los exploradores de nuevas rutas. [Ref4]
El mapa turístico que uno suele encontrar en las oficinas de turismo está pensado para el automovilista, por lo general carece de caminos rurales y mucha gente expresa su conocimiento sobre los caminos a través de ellos, dándonos eventualmente información errónea.
¿Entonces dónde se puede preguntar esperando obtener buena información?
La policía departamental de una ciudad cercana a una zona poco transitada, cabecera de una región, debería tener información precisa de los caminos. Recientemente encontré que el mapa de turismo era una mejor opción.
Una vez en la zona en cuestión uno seguirá encontrando gente que no conoce del tema o lo que es peor aún, gente que dice que por donde uno pretende ir no hay camino cuando si lo hay.
Es fundamental estar muy atentos a la respuesta, ver los gestos que a veces cobran sentido más adelante.
Preguntar al menos a dos personas y si las respuestas se contradicen preguntar a más personas.
Nunca incluir en la pregunta la respuesta esperada, tipo "¿es por aquí, no?", esto da lugar a muchas equivocaciones.
Cuando la gente opina sobre la calidad de un camino lo hace generalmente desde el punto de vista del automovilista y no es capaz de imaginarse la situación del ciclista. Por ello nos dicen que es imposible o algo por el estilo.Para que un camino sea muy difícil para la bicicleta debe ser de arena o barro, pero ripios malos no son un problema.Preguntar al menos a dos personas y si las respuestas se contradicen preguntar a más personas.
Nunca incluir en la pregunta la respuesta esperada, tipo "¿es por aquí, no?", esto da lugar a muchas equivocaciones.
Mi escasa experiencia con gente que portaba GPS es que no reemplaza la planificación y la intuición en el lugar. Ni hablar si no se sabe como usarlo que es mucho más que encenderlo.
Claro que hay aparatos muy sofisticados que muestran todo lo necesario, pero la mayoría de la gente no los posee.
No perder de vista que la tecnología a veces falla, no hay que descartar que el GPS deje de funcionar. En zonas remotas los teléfonos celulares con GPS probablemente no sirvan por falta de cobertura.
Entonces cuando se va a una zona complicada y no se tiene un mapa apropiado es necesario planificar el recorrido viendo imágenes satelitales, hacer mapas incluyendo referencias y opciones.
Para un viaje hice el mapeo de una zona rural complicada en base a Google Earth que resultó bastante efectivo, coincidiendo mis elecciones con lo que llaman camino arenado que es transitable luego de una lluvia como pude comprobar.Debido a la escala tuve que hacer el mapa en etapas, editando e imprimiendo las imágenes satelitales para que resulten legibles. Luego de impresas fui agregando notas y distancias a cada mapa. [Ref1]
Me ha pasado que uno de los tramos mapeados estaba cerrado por un alambrado y no había considerado una alternativa, por ello estuve a la deriva por un tiempo.
Tener el nombre de un punto del camino (como ser una escuela) ayuda bastante a la hora de preguntar a los lugareños. Pero cuidado con los puntos que nos muestra Google porque muchas veces están fuera de lugar. Cuando nuestro mapa no coincide en el terreno nos genera gran incertidumbre.
Otro de los tramos en la vista satelital era muy intrincado, con muchos desvíos que podrían llevarme en la dirección equivocada. Por ello hice un mapa con muchas notas, distancia de tramos, cascos de estancia, montes. En el terreno todo iba encajando bien incluidas las distancias que controlaba con el cuentakilómetros, hasta que de pronto no era capaz de reconocer nada.
Retrocedí y volví un par de veces y seguía desconcertado. Gracias a la brújula sabía que el camino no llevaba la dirección correcta.
Por suerte un gaucho atendió mi consulta, se bajó como tres metros desde la cabina de su impresionante máquina agrícola e indicó que el camino me llevaba a la ruta. De allí a un pueblo ubicado a cierta distancia de mi objetivo pero ya conocido por el mapeo.
¿Cómo se explica que a pesar de haber tomado notas en detalle estaba perdido?
Reviendo los mapas a la vuelta del viaje saqué conclusiones.
Los mapas de Google se componen de parches que van actualizando en alguna medida. Conviven zonas con diferente fecha de actualización y fuera de las ciudades no hay que esperar que estén al día. El mapa de la zona en que me perdí tenía más de cinco años de antigüedad, y por lo visto para una zona rural productiva es mucho tiempo, perdiéndose caminos por el avance de los cultivos.
Otro caso de ruta modificada fue en el Salar del Hombre Muerto donde se observan varios caminos. Resultó que el tramo principal estaba parcialmente cerrado y desviado hacia las compañías mineras. [Ref2]
En otra ocasión se hizo de noche mientras se veía venir una tormenta. Mi intención era salir a un asfalto distante antes de que se embarre el camino y quedar atrapado.
El viento de frente era intenso y arrastraba tierra e insectos que me lastimaban los ojos, por eso tuve que ponerme los lentes de sol para protejerlos. Con mi escasa luz frontal y los lentes en plena oscuridad era casi como estar ciego.
Pedalear con la cabeza gacha solo permite ver el piso a un metro y el cuentakilómetros. Navegando a oscuras, las distancias anotadas de los tramos parciales me permitieron doblar con bastante precisión.
Debo aclarar que no se puede esperar la concordancia de las distancias medidas en la computadora respecto de el cuentakilómetros de la bicicleta. En un recorrido de 10km fácilmente podría haber 100 metros de diferencia.
Entonces en la escena nocturna, cumplida la distancia estipulada en el mapa, uno se detiene y no encuentra el desvío previsto. Tal vez lo acababa de pasar pero no podía verlo por las condiciones del tiempo.
Incertidumbre total. Pura intuición.
¿Y qué pasa cuando no hay GPS, ni mapa, ni ruta, ni cuentakilómetros ni a quién preguntar?
Esto me pasó en Santa Cruz cuando quise llegar al Parque Nacional Perito Moreno atravezando las montañas por la inexistente Ruta 38. Mirando las imágenes satelitales encontraba el camino en ambos extremos, pero en la zona montañosa del medio solo me la imaginaba, veía huellas inconexas que podrían ser cualquier otra cosa. [Ref3]
Por lo difuso y extenso del recorrido me era imposible dibujar o mapear. Así que recurrí a otra fuente de información que es mirar las fotos geolocalizadas en el mapa. Lo primero que salta a la vista es la inconsistencia de las ubicaciones, como cuando la misma imagen aparece en zonas diferentes. Este caso es evidente pero la mayoría no lo es.
Tanto mirar fotos y mapas fija en la mente una noción que puede ser fundamental más adelante.
Llegado al terreno encuentro que la ruta fue solo un proyecto pero existe un sendero que se hace a caballo. Con las indicaciones de un baqueano emprendí el cruce arrastrando la bicicleta cuesta arriba remontando un río.Luego de dos días llego a la naciente del río sin tener idea de donde está el sendero, pero desde la cima veo un lago del que no dudo es mi destino.
Bajando por la ladera en esa dirección va creciendo un hilo de agua hasta que se junta con otro cambiando de dirección. Desde ese punto veo a la distancia una roca tan singular que reconozco de las fotos de internet. Allí el mapa mental se acomoda y comprendo que esa era la planicie que tomaba el sendero que perdí. Quedaba cuesta arriba y se veía mallinoso, decidí seguir bajando en otra dirección como los exploradores de nuevas rutas. [Ref4]